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sábado, 29 de marzo de 2008 | |

Evaluación auténtica

A propósito de la conversación con una amiga, también docente en ejercicio, quedaron algunas ideas dando vueltas respecto de lo complicado que se hace evaluar de una manera objetiva, evitando caer en injusticias. En nuestra práctica docente, muchas veces nos habrán surgido dudas respecto a: ¿Cómo y cuándo evalúo? ¿Para qué me sirve evaluar? ¿Cómo puedo realizar una evaluación que respete las diferencias individuales de mis alumnos? ¿Cuan pertinentes son los instrumentos que utilizo para evaluar? ¿Cómo me puede aportar una evaluación a la adquisición de aprendizajes de mis alumnos?
Lo primero que debemos considerar es que la evaluación debe ser un proceso permanente en el ser humano, que nos oriente en la toma de decisiones y nos permita modificar conductas, que sea un real aporte a la adquisición de aprendizajes, más que un mero trámite para calificar y clasificar individuos.

Cuando la formación integral es la finalidad principal de la enseñanza, su objetivo es el de propiciar el desarrollo de capacidades y actitudes y no sólo el desarrollo de ciertas habilidades cognitivas, en ese sentido, se hace urgente promover un cambio de actitud en los alumnos y principalmente en sus padres respecto a la evaluación, lo que no será posible si no partimos por tener un cambio de actitud nosotros mismos respecto a como enfrentamos la evaluación.
Desde esta perspectiva, es importante que el profesor(a) desarrolle habilidades de observación, que se fije metas altas respecto a los aprendizajes que espera lograr, que involucre a sus estudiantes en el proceso de evaluación de una manera natural, que tenga permanentemente estrategias de retroalimentación con ellos.

¿Cómo lograr que mi evaluación sea menos subjetiva y más “auténtica”?
Frecuentemente tomamos decisiones que no son al azar, sino producto de un proceso de evaluación del cual, muchas veces, no estamos del todo conscientes.
Permanentemente observamos en los alumnos actitudes que nos muestran su perseverancia, esfuerzo, relaciones con los pares, grado de tolerancia a las frustraciones, dificultades frente a una determinada actividad, formas personales de aprender, etc. Sin embargo, este tipo de observaciones no son sistematizadas, por lo que, finalmente, consideramos solo las obtenidas mediante controles estandarizados.
La dimensión holística de la enseñanza, propicia el complementar con una mirada “cualitativa” el rendimiento de los alumnos.
Como respuesta a esta necesidad, surgió un movimiento conocido como evaluación auténtica (cf. Valencia S. W; Hiebert, H.E & Afflerbach, P.P, 1994), que insta a acreditar como un procedimiento válido, las interacciones y acciones que ocurren en la sala de clases, porque evidencian lo que realmente sucede allí.

¿Cómo sistematizamos nuestras observaciones?
Existen instrumentos que nos pueden ayudar a realizar una evaluación auténtica, como: registros de observaciones, anecdotarios, revisión de tareas y trabajos, textos creativos, formales o informales, registro de conversaciones, entrevistas, respuestas que los alumnos(as) dan, etc., los que, complementados con controles, interrogaciones orales, exposiciones, autoevaluaciones y coevaluaciones, nos pueden dar una visión más completa de los progresos de los estudiantes, de sus dificultades y talentos, evitando que el docente tenga que llevar un registro en su memoria de todos estos datos.
Una manera que a mi me ha dado resultado para registrar el grado de involucramiento de mis alumnos con los objetivos y actividades de las clases es por ejemplo esta Escala de Apreciación
S= Siempre; CS= Casi Siempre; CN=Casi Nunca; N=Nunca
Participa en conversaciones guiadas durante la clase.
Participa espontáneamente, opinando, consultando o sugiriendo tópicos relacionados con la clase.
Expresa a través de esquemas el grado de comprensión de los objetivos y conocimiento de los contenidos de la clase y como se relacionan entre sí.
Evidencia verbalizando o de manera gráfica el esquema mental que ha seguido para el desarrollo de la actividad (Metacognición).
Resume lo realizado durante la clase.
Es capaz de reconocer los objetivos de la clase y determinar si fueron o no alcanzados por él(ella).

2 comentarios:

Shei dijo...

Esta información me ayudo a mi tarea...............me abre un panorama diferente de la Evaluación y la innovación que debe de tener.....les agradezco ya que también me servirá para la mesa de debate de hoy....

rosa rubio dijo...

Me agradó la información que dan sobre la evaluación auténtica, es verdad que muchos educadores no contemplamos los aspectos que mencionan en el artículo.
Me gustaría conocer más al respecto.