Bienvenidos a mi página

viernes, 30 de noviembre de 2007 | | 1 comentarios

Las nuevas tecnologías y la educación



Hoy en día tenemos el desafío de preparar a los estudiantes para un mundo en continuo cambio. No podemos mantenernos al margen de la influencia que tienen las nuevas tecnologías en la vida de las personas. Muchos de los procesos que hace un tiempo atrás tomaban tiempo y múltiples recursos para llevarse a cabo, en la actualidad pueden realizarse a través de un simple paso utilizando tecnología, ya que los procesos se han sistematizado.

Los niños y jóvenes de hoy aprenden a través de códigos que asimilan o inventan a partir de la imagen, el color, el movimiento. La capacidad de la sociedad y particularmente de la escuela de definir los códigos, los contenidos y las orientaciones de aprendizaje no está interpelada solamente por la aparición de nuevas formas de aprender, sino también, por el surgimiento de múltiples espacios educativos que funcionan más allá de la escuela.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de nuevas tecnologías?
Nos referimos a cualquier herramienta nueva de información y comunicación que esté mas allá de las utilizadas tradicionalmente en la enseñanza y el aprendizaje. Estas incluyen cámaras, vídeo/grabadoras, computadoras, artefactos digitales, Internet, etc. En fin, cualquier recurso que se emplee para que los estudiantes se cuestionen, piensen, analicen, traten de explicar y hagan una presentación de lo comprendido.
Múltiples investigaciones avalan la influencia del uso de las nuevas tecnologías en el desarrollo de la educación, y se nos hace imposible ignorar esta influencia sólo necesitamos tener en cuenta la experiencia de los estudiantes que se gradúan este año de enseñanza media para ver como está cambiando el alfabetismo. Los graduados empezaron su carrera escolar aprendiendo las competencias con papel, lápiz y libro. Muchos terminarán su escuela secundaria o media, familiarizados con las nuevas competencias exigidas por una amplia variedad de TICs: procesadores de texto, CD-ROMs, Navegadores de la Red, editores Web, software de presentaciones, correo electrónico, mensajería instantánea y muchas otras inimaginadas cuando empezaron la escuela. Debido a los veloces cambios en la tecnología, es muy posible que los estudiantes que comienzan su educación este año, experimenten cambios aún más profundos en su jornada de aprendizaje. Además, esta historia se repetirá una y otra vez a medida que nuevas generaciones de estudiantes se enfrenten a tecnologías de la información y la comunicación que todavía no podemos imaginar y tengan que desarrollar nuevos alfabetismos que aún no podemos prever.
Bajo este contexto, los docentes se ven continuamente presionados, ya sea por los padres, directivos, los responsables de trazar las políticas educacionales y hasta por los propios alumnos a usar las computadoras. Como resultado de estas presiones, los sistemas escolares adquieren con frecuencia nuevas tecnologías y a menudo los docentes se sienten impulsados a incorporar la tecnología en sus aulas, aun cuando no tengan en mente una clara agenda educativa y es más, aún sin saber como utilizarlas. En tales situaciones, usar la tecnología puede llegar a ser un fin en sí mismo, en lugar de un medio para alcanzar un objetivo educativo válido.
La experiencia nos indica que todo cambio genera un grado importante de resistencia, es de esperar que los docentes vean en las Tecnologías herramientas eficaces en el proceso de realizar un trabajo educativo que tenga valor por sí mismo, asumiendo su presencia no como equipos e insumos solamente, sino como una propuesta teórico-metodológica para mejorar los resultados educativos.
Para cumplir con este objetivo se hace imprescindible contar con docentes bien preparados. El actual desafío está, sobre todo, en conseguir que los profesores y futuros profesores reflexionen, investiguen y comprendan cómo los estudiantes de hoy están aprendiendo a partir de la presencia cotidiana de la tecnología, cuáles son los actuales estilos y ritmos de aprendizaje de la niñez y juventud.
Las nuevas tecnologías con frecuencia son particularmente apropiadas y valiosas para aumentar las cualidades generativas de los temas del currículo. Internet puede vincular el aula con las experiencias que tienen los estudiantes con el mundo real, con datos actuales y con expertos colaboradores que no pertenecen a la escuela. Las tecnologías multimedia, al ofrecer imágenes dinámicas, vídeo y audio, enriquecen los materiales que se utilizan habitualmente en el aula y permiten que los alumnos aprendan abordando un mismo tema desde diversos ángulos. Expandir la variedad de materiales y medios curriculares para tener acceso a la información les da la posibilidad a los alumnos de seguir sus propios caminos en la investigación, guiados por sus propias ideas e intereses. Si los niños(as) tienen la posibilidad de abordar el material de modos que incentiven particularmente sus intereses y de seguir sus formas preferidas de aprender, hay mas posibilidades de que se entusiasmen con un determinado tema.

Antes de utilizar una tecnología en el aula creo necesario plantearse algunas interrogantes...
¿Cómo integrar esta tecnología para que se transforme en un significativo recurso educativo, es decir, para que promueva directamente una mejor comprensión de los objetivos más importantes?
¿Cómo decidir qué tema y qué tecnologías elegir para trabajarlos?
¿Qué temas centrales del área resultan siempre difíciles de aprender y potencialmente podrían facilitarse mediante el uso de las nuevas tecnologías?
¿Qué herramientas serían aplicables para mí, para mis alumnos y en mi contexto?
¿Qué herramientas son verdaderamente valiosas para ayudarme a cumplir mis metas?
¿Cómo podría una nueva tecnología, accesible y viable en las condiciones del aula, ayudar a los alumnos a desarrollar y demostrar lo comprendido significativamente mejor de lo que podrían hacerlo con las herramientas tradicionales?

¿Se te ocurre de qué manera querrías aplicar una nueva tecnología en tu práctica?
Tal vez ya probaste alguna innovación de este tipo y deseas afinar el diseño o clarificar los argumentos educativos que sustentan éste enfoque. O tal vez tienes un compañero(a) que ha utilizado computadoras u otras tecnologías que te gustaría adaptar a tus clases. Probablemente hayas estado utilizando la tecnología en otros aspectos de tu vida y consideras que esos aspectos tienen el potencial para mejorar el aprendizaje de tus alumnos. Comparte tus ideas en este blog.
¡ A animarse entonces! ¡Aún nos queda un largo camino por recorrer y no vislumbramos qué nos depara!


Read More...

martes, 27 de noviembre de 2007 | | 0 comentarios

Usando la metacognición en el desarrollo de habilidades de pensamiento



Las investigaciones de Piaget y Vygotsky sugieren que las habilidades y capacidades para pensar son desarrolladas por un DESAFÍO COGNITIVO. Los profesores deben desafiar a los alumnos a pensar con mayor profundidad y más ampliamente y de maneras sistemáticas y frecuentes, para esto la meta-cognición nos puede dar herramientas eficaces, no sólo a tener en cuenta durante la clase, sino también al momento de planearla.
Un formato de clase meta-enseñada: planificación para incluir una discusión metacognitiva
1. ENFOQUE: introducir el tema de la lección
2. OBJETIVO DE LA LECCIÓN: discutir los objetivos de pensamiento y de aprendizaje.
3. APORTE / ESTÍMULO proveer información y estimulo al aprendizaje.
4. ACTIVIDAD ESTRUCTURADA comprometerse en tareas de aprendizaje activas
5. REPASO META - COGNITIVO discutir como grupo qué han pensado y aprendido, repasando objetivos, fijando metas finales de lecciones.
Se debe dar bastante tiempo para la etapa de repaso, en donde los niños pueden compartir y reflexionar sobre su actividad y tratar de llegar a acuerdos sobre las ideas y métodos involucrados. Un acercamiento filosófico o “habilidades de pensamiento” se centrará no sólo en los logros cognitivos (CE) haciendo preguntas a los alumnos tales como: ¿Qué sucedió? ¿Por qué sucedió? ¿Qué significa?, Sino que también en los resultados Meta cognitivos (MT) el pensar acerca de pensar, haciendo preguntas tales como:
¿Qué tipo de pensamiento estabas usando?
· ¿Cómo te ayudo a resolver el problema?
¿Qué era especial (o matemático/ científico/ histórico, etc) acerca de tu forma de pensar?
Un acercamiento meta cognitivo puede enriquecer cualquier lección, no sólo a través de la planificación y etapas de análisis, sino que uniendo las actividades a otras áreas de aprendizaje y a las experiencias del día a día. Sin esta unión o “link” con actividades significativas a hechos de la vida diaria, las lecciones parecen tener una relevancia limitada, en vez de ser algo que los ayude a tomar conciencia de ELLOS en este mundo.
Por otra parte, la Taxonomía de Bloom,siempre útil, también nos provee de una herramienta eficaz a la hora de elaborar nuestro listado de preguntas para una clase, ya que basándonos en ella nos aseguramos de no dejar ninguna categoría de pensamiento de lado.
Por ejemplo después de contar una historia se les puede preguntar a los niños de la siguiente manera:
1 Conocimiento ¿Qué pasó en la historia?2 Comprensión ¿Por qué sucedió así?3 Aplicación ¿Qué habría hecho?4 Análisis ¿Qué parte fue la que más te gustó?5 Síntesis ¿Puedes pensar en un final diferente para esta historia?6 Evaluación ¿Qué opinas de la historia? ¿Por qué?
Tipo de pregunta
Ejemplos
Preguntas de conocimiento
¿Quién?,¿Qué?¿Cuándo?,¿Dónde?¿Cuál?¿Cuántos?
Preguntas de comprensión
¿Puedes describir…? ¿Puedes explicar con tus propias palabras..?¿Qué representan estos símbolos?
Preguntas inferenciales
Qué puedes decir acerca de…? ¿Qué nos indica esto…?¿Qué piensas tú que pasará…?¿
Preguntas de aplicación
¿Cómo…?¿Cómo puedes resolver este problema?¿en el mundo de hoy, cómo…?¿puedes explicar…?
Preguntas de análisis
Compara/contrasta,
Para un acercamiento a la teoría y práctica de la metacognición, aplicada en filosofía para niños ver: “Enseñar a pensar: Investigación filosófica en la sala de clases” y el sito web http://www.sapere.org.uk/

Read More...

| | 1 comentarios

Respecto a los objetivos educativos y cómo determinarlos

En conversaciones con jóvenes recién comenzando la carrera de pedagogía, o en sus primeros años ejerciendo, me he dado cuenta que existe en ellos una duda constante que les genera mucha inseguridad y es cómo plantear los objetivos de tal manera de que sean adecuados al programa y sean abordables por los niños en cuánto a complejidad, tiempo, materiales, etc. Por otra parte, se enfrentan al desafío de tenerlos en cuenta a la hora de evaluar. ¿Cuántas veces sin darnos cuenta nos sentimos atraídos por un tema específico que nos hace perder el rumbo de nuestro objetivo inicial?, ¿cuántas otras las evaluaciones que planeamos tienen poco que ver con éste objetivo inicial, ya sea en su temática o en su nivel de complejidad (categoría de pensamiento)?.
Debemos primero considerar que los objetivos educativos son enunciados que describen con claridad las actividades de aprendizaje a propósito de determinados contenidos curriculares, así como los efectos esperados que se pretenden conseguir en el aprendizaje de los alumnos al finalizar una experiencia, clase, unidad o período escolar.
Cómo han señalado de manera acertada Coll y Bolea (1990), cualquier situación educativa se caracteriza por tener una cierta intencionalidad. Esto quiere decir que en cualquier situación didáctica, uno o varios agentes educativos (profesores, textos, etc) desarrollan una serie de acciones o prácticas encaminadas a influir o provocar un conjunto de aprendizajes en los alumnos, con una cierta dirección y con uno o más propósitos determinados.
Los objetivos o intenciones deben planificarse, concretizarse y aclararse con un mínimo de rigor, dado que suponen el punto de partida y el de llegada de toda experiencia educativa y además desempeñan un importante papel orientativo y estructurante de todo el proceso.
Un conjunto claro y coherente de objetivos bien articulados entre sí ayuda a los docentes y los alumnos a concentrarse en los propósitos esenciales de cada aspecto del proceso de aprendizaje y de esa manera evitar desviarse perdiendo tiempo y recursos importantes.
Un objetivo de aprendizaje no solo debe enunciar los datos específicos que los alumos deben conocer, sino que debe explicitar como los alumnos reflexionarán a partir de esos datos y los utilizarán creativamente. Para ello deben cumplir ciertos requisitos:
Estar conectados con múltiples ideas de la propia materia y de otras.
Ser auténticos, accesibles e interesantes para los alumnos.
Ser fascinantes e inspiradores para los docentes.
Deben poder abordarse desde una variedad de ángulos y a través de una amplia gama de materiales curriculares y tecnologías disponibles. (Esto a tener muy en cuenta, especialmente respecto a la utilización de metodología de proyectos, de la cual me referiré más adelante).
Ser “inagotables”, lo cual genera indagación contínua.
Estar claramente definidos y expresados abiertamente.
Concentrarse en grandes ideas, más allá de memorizar datos y repetir rutinas.
Abarcar múltiples dimensiones: conocimiento, métodos de indagación, razonamiento, propósitos para el aprendizaje y formas de comunicarlo.
Estar conectados de manera coherente de modo que los objetivos o metas de una clase , se relacionan con los objetivos de largo plazo y con otros más generales.

Al aplicar dichos niveles taxonómicos de Bloom a nuestros objetivos, por ejemplo, revisando y comparando los verbos utilizados en la redacción de nuestro objetivo, podremos organizarlos de un modo lógico y coherente. (Además de ser muy útil a la hora de planear y elaborar nuestros instrumentos evaluativos)
Un objetivo educativo debe incluir cuatro elementos: audiencia (quién), conducta o desempeño (qué), la condición (cómo) y el grado o rango (cuánto).

TAXONOMIAS DE BLOOM (Bloom y Krathwohl, 1956)
Objetivo cognitivo – Guías de pensamiento

CONOCIMIENTO
(Conocimiento y recuerdo)
Decir lo que se sabe o recuerda, describir, repetir, definir, identificar, señalar quién, cuando, cual, dónde y qué.
COMPRENSION
(interpretando y entendiendo)
Describir con sus propias palabras, decir como se siente acerca de algo, explicar, comparar, relatar
APLICACIÓN
(aplicando, haciendo uso de)
Explicar como puede usar algo, a donde lleva, aplicarlo, usarlo para resolver problemas, demostrar
ANALISIS
(Separando el todo en sus partes)
Reconocer las partes, el orden, las razones, causas, problemas, porque, (separando en partes, siendo críticos), las causas/problemas/soluciones/consecuencias.
SINTESIS
(Reuniendo las partes en un todo)
Saber expresar algo de forma diferente, ¿De qué otro modo…?, ¿Qué pasaría si?hacer conexiones, siendo creativos, suponer, armar, desarrollar, mejorar, crear el tuyo propio.
EVALUACION
(dar un valor a algo)
Dar una opinión respecto a algo…¿cómo lo juzgarías…?, ¿tendrá éxito…?, funcionará (juzgando y ayudando), ¿qué preferirías?, ¿porqué?

Read More...

| | 1 comentarios

Reflexiones respecto a la evaluación, autoevaluación y coevaluación

La evaluación, verán que será un tema recurrente en éste blog, porque es un tema que personalmente me atrae y que siento existe en torno a él muchos malos y contra-sentidos, que a través del tiempo se han vuelto un círculo visioso del cuál es dificil sustraerse.
El nuevo énfasis dado por la Reforma Educacional a los procesos de auto y coevaluación, ha traído al tapete nuevamente la controversia respecto a la evaluación cómo proceso de aprendizaje o mera calificación, en cuanto a categorizar a los alumnos en rangos. Por una parte se nos pide que los alumnos sean medidos y comparados entre sí y por otra que se respeten sus diferencias individuales.
Creo que en este ejercicio la auto y coevaluación tienen un papel preponderante ya que cumplen variados objetivos.
Necesitamos que los alumnos tomen conciencia respecto de lo que pueden y no pueden hacer, cómo lo hacen, etc., y la autoevaluación sería un proceso que ayuda a desarrollar esta capacidad. A través del desarrollo de habilidades metacognitivas; esto quiere decir la habilidad de monitorear su propio proceso cognitivo (aprendizaje, resolución de problemas, etc.).
Por otra parte, la autoevaluación tiene también un objetivo formativo a más largo plazo. Se espera que los alumnos se transformen en trabajadores (técnicos, profesionales, empresarios, académicos, etc.) que tengan conciencia de sus propias responsabilidades, que puedan monitorear sus desempeños, juzgarlos, criticarlos y mejorarlos progresivamente. En este sentido, lo que justifica la autoevaluación es el desarrollo de autonomía, autodisciplina y autocontrol por parte de los alumnos. Esto significa que, aun cuando objetivos de aprendizaje como “compromiso”, “cooperación” y “esfuerzo” (los que son más comúnmente autoevaluados en los establecimientos educacionales) son importantes, la autoevaluación no debe limitarse a ellos sino que debe referirse a la calidad del propio trabajo respecto a un resultado esperado.
Hay que destacar que el tema de la autoevaluación no es nuevo en el sistema, al menos para la Enseñanza Básica. Sí lo es en el caso de la Educación Media.
Con respecto a la auto- y coevaluación hay 3 aspectos a considerar:

1. Quiénes tienen responsabilidades en evaluación.
2. Qué puede y debe evaluar el alumno.
3. La relación de la auto y coevaluación con la calificación.

La responsabilidad de evaluar
El responsable último de evaluar los aprendizajes de los alumnos es el profesor.
La primera necesidad, por lo tanto, es la de ubicar la autoevaluación en sus dimensiones reales y eso significa que no desaparece el educador. La visión válida de que el alumno es el constructor y evaluador de su aprendizaje, debe ser complementada con el criterio de que no hay evaluación sin referente, sin comparación con un criterio externo: si un alumno no tiene la oportunidad de confrontar sus apreciaciones con las del profesor, el proceso de aprender pierde sentido.
La autoevaluación es un procedimiento con mucho valor, pero siempre que se la ubique dentro de un contexto más amplio de evaluación y no sustituya la evaluación que los docentes hacen de los logros de aprendizaje de sus alumnos. Este tipo de juicios profesionales bien fundados son fundamentales, en especial en contextos de pobreza y es muy importante reponer la autoridad del profesor para emitirlos. En otras palabras, no porque haya autoevaluación desaparece la relación asimétrica entre alumno y profesor, ni la responsabilidad de este último por asegurar el aprendizaje de sus alumnos y por dar cuenta de sus logros. Esto no quiere decir que se debe avalar el autoritarismo con que a veces es usada la evaluación como herramienta punitiva y coercitiva, sino que se trata de comprender que el aprendizaje, y por lo tanto su evaluación, corresponden a responsabilidades profesionales del profesor. Incluso la autoevaluación requiere de criterios dados, definidos externamente por él.
En suma, la autoevaluación es un procedimiento orientado a alcanzar objetivos de aprendizaje importantes, pero restringido.
La autoevaluación tiene sentido dentro de un marco mayor donde hay evaluaciones realizadas por:

- El docente
- La escuela
- La cultura
- La autoridad docente

Lo más importante es tener claro por qué y para qué la autoevaluación; también separar la auto de la coevaluación, para determinar contextos y situaciones en que ambas se pueden dar.

Qué puede y debe evaluar el alumno
Con frecuencia la autoevaluación que se pide a los alumnos está referida a comportamientos deseables para el trabajo escolar. Por ejemplo, se les pide que juzguen su participación en trabajos de grupos, su respeto por las opiniones de sus compañeros, el compromiso con que asumieron determinada tarea, o el esfuerzo que pusieron para desarrollarla. Otras veces, la autoevaluación o coevaluación se refiere exclusivamente al nivel de agrado o interés experimentado con las actividades de aprendizaje. Urge examinar estos propósitos para encontrar un equilibrio que permita hacer autoevaluaciones más atingentes y rigurosas.
Con respecto a qué puede y qué debe autoevaluar el alumno, no es conveniente plantear recomendaciones demasiado generales. Más bien hay que darle un marco más restringido al tema de la autoevaluación: no todo debe ser autoevaluado, ni siempre debe haber autoevaluación.
Para juzgar qué puede evaluar el alumno se deben considerar al menos tres aspectos:

1. Que los logros de aprendizaje que evalúa el alumno sean pertinentes, es decir, evaluables por él. En otras palabras, que las características del área y de la actividad de aprendizaje así lo permitan.
2. Que el momento sea adecuado.
3. Que el propósito de hacer autoevaluación lo justifique. No a cualquier edad se puede esperar que los niños se observen a sí mismos.

Para comenzar, no todas las metas de aprendizaje -los contenidos, las habilidades, las disposiciones y las conductas a desarrollar- son pertinentes para ser autoevaluadas. Esto se relaciona, por supuesto, con las características propias de cada disciplina y con objetivos de aprendizaje más apropiados que otros para ser autoevaluadas. Por ejemplo, es difícil que los alumnos puedan autoevaluar su capacidad de resolver ejercicios de suma de fracciones.
Además, hay momentos más adecuados que otros para hacer autoevaluación. Por ejemplo, si el propósito de la autoevaluación es promover la capacidad de monitorear el propio desempeño en una actividad, sería contradictorio establecer la autoevaluación en los inicios de dicha actividad.
Asimismo, la pertinencia de la autoevaluación se relaciona con la finalidad que persiga, sobre todo considerando que la capacidad de autoobservarse no se adquiere a cualquier edad y en cualquier esfera. La capacidad metacognitiva –la capacidad de ser observador del propio aprendizaje y de los propios procesos de pensamiento y de resolución de problemas– es probablemente la que tarda más en desarrollarse.
No así la capacidad de introducir el juicio crítico sobre la tarea realizada. La habilidad para apreciar cómo se ha llevado a cabo una determinada tarea y cómo han sido sus resultados se puede ir promoviendo desde etapas tempranas del desarrollo de los niños. Lo mismo sucede con el desarrollo de la autonomía, el autocontrol y la capacidad de revisar y corregir lo hecho. En objetivos como estos se juega la autoevaluación; por ejemplo, para llevar a cabo un proyecto de investigación independiente. Las apreciaciones sobre lo realizado deben venir tanto del profesor como del alumno, por cuanto la evaluación de este tipo de aprendizajes no puede referirse sólo al esfuerzo que se haga para realizar una tarea.

La relación de la auto y coevaluación con la calificación
En torno a la autoevaluación y a la coevaluación, aparece la preocupación por la ponderación que debiera dárseles para el cálculo de la nota final de un sector o subsector, o por los procedimientos que debieran usarse para realizarlas. Verdaderamente, detrás de estas preocupaciones lo que hay son algunos malentendidos con respecto al tema.
En primer lugar, hay que señalar que, por los propósitos formativos antes señalados de la autoevaluación, no es necesario ni conveniente asociar autoevaluación (o coevaluación) con calificación.
Si bien es importante considerar la fuerza que ha tomado la autoevaluación y cómo se la ve en la escuela, cabe una primera nota precautoria: la autoevaluación es un aspecto, no es “la evaluación de la reforma”, como se ha sostenido en ocasiones. Por lo tanto, importa destacar que aunque se busque que el alumno sea el protagonista de su propio aprendizaje y esto implique que la autoevaluación adquiere un carácter destacado y que podría tener un peso en la nota, esto no significa que el alumno se autocalifique. En otras palabras, no se espera que los alumnos se asignen notas en los sectores y subsectores de aprendizaje.
El “aprender a aprender” como propósito formativo importante de la enseñanza escolar actual supone, como requisito ineludible, que los alumnos sean capaces de autoevaluarse para darse cuenta de sus fortalezas y carencias e identificar las áreas en que deben mejorar sus habilidades. En todos estos casos no estamos hablando de autocalificaciones, sino que de juicios o apreciaciones cualitativas planteadas en términos descriptivos.
Del mismo modo como se necesita la formación especializada del profesor para juzgar adecuadamente el desempeño cognoscitivo, la autoevaluación requiere de un proceso de aprendizaje. Instalar la capacidad de autoevaluarse exige un proceso formativo cuya primera condición, especialmente en el caso de alumnos de Enseñanza Media, es que el alumno comprenda claramente lo que se espera de él (los criterios de evaluación de los aprendizajes esperados para el sector o subsector) y que, además, tenga definiciones precisas de que es un trabajo bien hecho o un desempeño satisfactorio en la tarea asignada (indicadores de logro).
Si el profesor ha aclarado a sus alumnos el significado de los criterios que va a emplear para evaluar sus trabajos y si, además, les ha enseñado a diferenciar niveles de logro dentro de ellos, sin duda que la autoevaluación se convierte en una herramienta útil para que los alumnos avancen en su aprendizaje de los objetivos en cuestión. Lo mismo es válido para la coevaluación.
En síntesis, cuando se espera que los alumnos se autoevalúen, esto no significa que deben asignarse notas, sino que deben ser capaces de juzgar el propio desempeño en aquellos aprendizajes (o en aspectos específicos de éstos) en que pueden hacerlo por nivel de madurez y porque cuentan con explicaciones claras de lo que se espera de ellos.
Es importante que tanto para la autoevaluación como para la coevaluación se establezcan los criterios en conjunto con los alumnos. Se les puede guiar con preguntas cómo ¿en qué deberíamos fijarnos para evaluar este trabajo?.
Una herramienta eficaz a la hora de auto y coevaluar son las rúbricas. Hace poco me tocó asistir a un seminario respecto de ellas ...más adelante compartiré acerca de eso.

Read More...

| | 0 comentarios

La metodología de proyectos como una herramienta eficaz


Los proyectos son una estrategia de aprendizaje colaborativo que se utiliza para organizar una actividad en función a una meta previamente establecida.
Se trabaja en proyectos, por lo tanto, cuando surge una actividad o necesidad colectiva común. Esta actividad puede ser propuesta por los propios alumnos o por el docente; sin embargo, debe haber un total acuerdo de las partes, las cuales deberán organizarse para cumplir las metas, permitiendo la participación activa de todos los involucrados.

¿Por qué elegir proyectos?
- Porque dan sentido a las actividades a desarrollarse en la clase y adquieren significado para los niños, ya que responden a sus necesidades y han sido planificados por ellos.
- Porque ayudan a los alumnos a organizar su trabajo jerarquizando sus tareas, definiendo roles, tomando acuerdos, ejecutando, buscando información, discutiendo.
- Porque permiten al alumno tomar sus propias decisiones, asumirlas con responsabilidad, vivenciarlas y evaluarlas.
- Porque permite a los alumnos realizar trabajos colaborativos, favoreciendo la solidaridad y las relaciones interpersonales y grupales incrementando la autoestima.
- Porque facilitan la integración y comunicación entre la escuela, la familia y la comunidad y entre los distintos subsectores de aprendizaje.
- Finalmente, a través de un proyecto, los alumnos reconocen la sala de clases como el lugar donde se realizan aprendizajes significativos para ellos, ven al profesor como una persona que facilita los aprendizajes, que los orienta cuando surgen dudas o dificultades, y a sus compañeros como sus colaboradores, con los cuales es agradable compartir y confrontar ideas.

¿Qué debo considerar al elegir la metodología de proyectos?

1. Organización del grupo
Es importante saber que los proyectos son siempre empresas colectivas, en donde existe un momento en que se definen las tareas a realizar y cada alumno debe contar con la oportunidad para asumir alguna de ellas. El curso se organiza, entonces, según el proyecto a realizar y las tareas definidas pueden ser grupales o individuales, cambiando, además, el tipo de agrupación, según la actividad de que se trate.

2. Rol del profesor(a)
- Crear situaciones o integrarse a ellas.
- Al igual que los niños, planificar, buscar y construir sus propias estrategias.
- Determinar objetivos de aprendizaje y retomarlos constantemente.
- Sistematizar la información recogida, velando que se cumplan las fechas y metas acordadas.
- Construir, apoyándose en adquisiciones de los niños.
- Aprovechar las conexiones entre los diferentes sectores de aprendizaje.
- Indicar fuentes de información.
- Favorecer la autonomía de los niños en una tarea.
- Dar a conocer la factibilidad del propio proyecto a través de preguntas que conflictúen la toma de decisiones de los alumnos, mostrando los obstáculos y facilidades que tendrán al elegir realizar determinado proyecto.

3. Organización del tiempo
El tiempo es un factor relevante que le da constancia y ritmo al trabajo cooperativo. Deberá organizarse según las actividades incluidas dentro del proyecto. Cada actividad tiene su tiempo de ejecución que debe ser respetado. Los alumnos, además, deberán estar conscientes de este recurso y aprovechar al máximo el tiempo establecido.

4. Evaluación del proyecto
Cualquier forma de evaluar sirve si existe una coherencia entre lo evaluado y lo trabajado en clases; lo importante es no dejar de lado ninguno de los tres planos (cognitivo, afectivo, social) a la hora de escoger criterios y procedimientos de evaluación, y que esta evaluación deberá ser permanente, permitiendo confrontar el trabajo realizado con el trabajo proyectado y analizando los aprendizajes logrados a lo largo del proceso.

Los proyectos, de por sí, resultan muy motivantes para los niños. Sin embargo, no hay que descuidar la seriedad con que ellos deberán enfrentar esta actividad; es necesario que estén conscientes de los aprendizajes que van adquiriendo a través de la realización del proyecto, para que le den credibilidad a esta metodología. En la medida en que los niños comprendan que efectivamente en la realización de un proyecto de la vida real, los contenidos se integran, complementan y cobran sentido, resultarán más motivantes, significativos y perdurables en el tiempo.

Read More...

| | 5 comentarios

El organizador gráfico, como una estrategia de aprendizaje

A continuación presento una planificación de una clase de lenguaje de 3° básico, con énfasis en el uso del organizador gráfico como estrategia de comprensión de lectura...Ahhh también va acompañada de la lectura en cuestión (obvio)
PLANIFICACIÓN
Eje temático: Lectura
Objetivos:
Leer comprensivamente utilizando estrategias de lectura.
Uso de organizador gráfico.
Conceptos relacionados: Uso de adjetivos calificativos en contexto significativo.
Estrategias de aprendizaje:
¨ Estrategia del antes, durante y después.
¨ Uso de un organizador gráfico
¨ (Estrategia SQA).
¨ Elaboración de resumen.
Etapas de la clase
Actividades de enseñanza
Recursos de aprendizaje
Procedimiento de evaluación
INICIO:
Dar a conocer propósitos
Compartir con los alumnos los propósitos de la clase y la metodología de trabajo.
Organización y sistematización de conocimientos previos:
¨ Lluvia de ideas antes de la lectura.
DESARROLLO:
Aplicación de estrategia:
¨ Comienzan a completar el primer cuadro correspondiente a la estrategia SQA. “Lo que sé”, se les puede ayudar a completar este cuadro formulándoles preguntas como: ¿será un poema?, ¿será un cuento fantástico o de terror?.
¨ Hacen predicciones respecto a lo que creen que van a aprender.
¨ Completan segundo cuadro de la estrategia SQA. “Lo que creo que aprenderé en esta clase”.
¨ Comienzan lectura guiada del cuento: ”El ratón Manuelito”.
¨ Durante la lectura, responden preguntas, formulan hipótesis predictivas, revisan si las hipótesis planteadas al comienzo resultaron verdaderas o no y de acuerdo a esto corrigen o complementan su organizador gráfico. ¨ Durante la lectura , escriben simples oraciones que vayan resumiendo lo que ya han leído
¨ Después de la lectura, responden preguntas específicas.
¨ Elaboran un resumen con la información obtenida durante la lectura(oraciones que han ido escribiendo), utilizando un organizador gráfico.
¨ Completan último cuadro de la estrategia SQA, (Lo que aprendí).
CIERRE
Validación de la estrategia:
¨ Leen su resumen (organizador gráfico al curso)
¨ Lectura complementaria que aparece en este módulo, cuento: “El ratón Manuelito”.
El ratón Manuelito
María de la Luz Soto
Antes de la lectura...
Anime a los niños a predecir el contenido del texto, formule preguntas cómo:
De acuerdo a la silueta del texto: ¿será un poema?, ¿será un texto informativo?, ¿una receta de cocina?.
De acuerdo al título ¿Será un cuento fantástico, de terror o de aventuras?.
¿Qué saben acerca de los ratones?, ¿quién ha visto uno?, ¿cómo son?, ¿cómo creen que será este ratón?
¿Dónde viven los ratones?, ¿dónde vivirá el ratón de esta historia?

Manuel era un ratón de color grisáceo como todos los ratones comunes y corrientes, pero era un ratón muy simpático y entretenido.
Siempre estaba cantando y ustedes podían verlo atravesar el pelado potrero un centenar de veces al día sin ninguna preocupación. Con las manos en la espalda, cruzando sus patitas para dar saltos minúsculos y silbando todo el tiempo, Manuel no iba jamás a ninguna parte.

Durante la lectura...
¿Verifique con los niños si sé confirman algunas predicciones?
Pida a los niños que vayan escribiendo simples oraciones que resuman lo que ya han leído. Ej.: El ratón era de color grisáseo, muy simpático y entretenido./ Vivía en un potrero. / No iba jamás a ninguna parte.
Haga preguntas para guiar la comprensión inferencial ¿Cómo será la vida de este ratoncito?

Cuando, al cabo de un rato, se cansaba de saltar, se detenía curioso por el rápido movimiento de unas amarillentas hojas y descubría allí, con sus brillantes y vívidos ojitos, alguna verde y gorda lagartija que atraía su interés. Esperaba atento y se abalanzaba sobre ella. Esa era su máxima afición. Una vez atrapada, Manuelito comía y comía sin descanso. Luego se tendía, con un bracito sirviéndole de almohada y una pierna sobre la otra llevando un rítmico movimiento.
–“¡Qué buena es la vida!” –se decía Manuel.
Inspiraba fuertemente el aire seco y tibio y cerrando los ojitos buscaba el sueño. Pero una vez le ocurrió que estando dispuesto a dormirse no lo conseguía. Los más raros pensamientos iban y venían por su ratonil cabecita. De pronto se enderezó y se dijo: “Manuel, eres un holgazán, un vago sin destino, no tienes nada, ni una casa donde refugiarte del frío invierno, ni un techo donde abrigarte cuando estás enfermo”.
–¡Jamás tendré una familia” –exclamó y dos gruesas lágrimas rodaron por sus peludas mejillas.
Pasando un momento se puso de pie:
–¡No es demasiado tarde, soy un ratón inteligente y valeroso!

Durante la lectura...
Continúe confirmando algunas predicciones.
Anime a los niños a que continúen escribiendo oraciones que resuman lo que hasta ahora se ha leído.
Haga preguntas para que se formulen hipótesis predictivas.
¿Qué creen que le sucederá al ratón Manuelito?

Caminó sin rumbo por algunas horas pensando en lo que haría para cambiar su vida. En eso se encontró con dos ardillitas que muy compuestas, con sendos delantales, barrían la entrada de su casa y les dijo:
–¿Puedo trabajar para ustedes?
Soy rápido, traeré nueces y avellanas para sus despensas.
Ellas rieron a carcajadas; luego, con bondad respondieron:
–Manuelito, ya tenemos las despensas llenitas. Hemos trabajado duro todo el verano.
Durante la lectura...
Vuelva a confirman las predicciones. Formule preguntas para complementar la información aportada por el texto, con los conceptos y conocimientos previos de los niños y niñas, ¿cómo son las ardillas?, ¿qué saben acerca de ellas?,
Formule preguntas para guiar la comprensión reconociendo la información literal o explícita, ¿qué les ofreció Manuelito a las ardillas?, ¿aceptaron ellas su propuesta?, ¿por qué?
Estimule a los niños a continuar prediciendo el contenido del texto, ¿qué hará ahora Manuelito?


Siguió Manuel su camino con las manos en los bolsillos algo cabizbajo. Entre los juncos divisó a la familia topo. Esta era su oportunidad.
–Buenas tardes, saludó Manuel. Vengo a trabajar para ustedes. Haré el mejor túnel que hayan visto.
–Todos nuestros túneles-albergue están listos, Manuel, respondieron los topos. Llegas tarde.
Es cierto, pensó Manuel. Todo el tiempo he estado jugando mientras los demás planificaban sus vidas, edificaban sus casas y llenaban sus despensas.

Durante la lectura...
Guíe la comprensión a través de preguntas como: ¿con quienes se encontró Manuel?, ¿qué les dijo?, ¿qué le respondieron?,
Estimule a los niños a activar sus conocimientos previos y complementarlos, ¿qué saben acerca de los topos?, ¿qué información les da el texto acerca de las costumbres de vida de los topos?
¿Qué sucederá ahora en esta historia?
(No olvide pedir a los niños que continúen escribiendo oraciones que resuman lo que se ha leído del cuento).

Llegó la noche y Manuelito nada había conseguido. Cansado se tendió sobre unas hojas, al mirar al cielo lleno de brillantes estrellas, se sintió más solo y triste que nunca. Entonces se hizo una promesa: “esta será la última noche que paso a la intemperie”. Y tapándose lo mejor que pudo con una enorme y crujiente hoja cerró sus ojitos y se durmió.
Al amanecer no demoró en levantarse, limpió su carita, ordenó un poco su pelaje y echó a andar. A los pocos metros se detuvo. Un enorme bototo estaba tirado sobre la reseca hierba. Manuel se acercó curioso, sin hacer ruido, el corazón latiendo muy fuerte en su pecho.
El enorme zapato se hallaba deshabitado, cubierto de barro; hasta tenía dos blanquecinos hongos en la lengüeta.
Algo nervioso, miró varias veces a todos lados; por fin, riendo, se felicitó: ”soy un tipo muy afortunado”.
Y manos a la obra.
Durante la lectura...
Confirman sus predicciones, ¿ocurrió lo que pensaste?
Utilizan estrategias de comprensión lectores, ¿hay palabras que no conoces es este párrafo?, ¿cuáles?, ¿cómo podemos saber su significado?.
Responden preguntas inferenciales ¿cómo crees que se siente Manolito?
Formulan hipótesis, ¿qué crees que hará ahora?
¿Qué consejo le darías tú?

Empujó y empujó el grueso bototo hasta un sitio seco, sin alejarse demasiado del pequeño riachuelo que corría por ahí. Debajo de un viejo y frondoso árbol instaló Manuel su futura casa. Pasó muchas horas, desde entonces, subiendo y bajando del zapato, recorriéndolo por dentro y por fuera, hasta dejarlo reluciente.
Terminado el prolijo aseo se dedicó a roer una abertura que tenía el zapato en la parte delantera, hasta dejar una puerta ancha y libre de peligrosas puntas. Luego, alejándose unos pasos, observó con atención su magnífico trabajo.
Bien, se dijo Manuel. Ya tienes una casa. Ahora a trabajar para el futuro. Y salió silbando entusiasta y satisfecho consigo mismo a recolectar alimentos que al cabo de los días hicieron lucir una magnífica despensa. Unas secas, pero suaves hojas de enredadera servirán de lecho abrigado y unos restos de papel ayudarían a mantener una temperatura agradable y a tapar las rendijas por donde pudiera colarse el frío y la lluvia.
Las mañanas eran cada vez más alegres. Nunca más sintió Manuelito la necesidad de calificarse con palabras que tanto dolían como flojo y holgazán. Era un ratón honesto y trabajador y tenía una bella casa, abrigada, limpia y provista de alimento.
Manuel era feliz, sí, era muy feliz. Mañana saldría a buscar a la más linda ratita para ofrecerle su casa y formar con ella un hogar, ¡se lo merecía!
Se había convertido en un ratoncito responsable y trabajador.
Después de la lectura...
Responden preguntas valorativas e inferenciales, ¿qué opinas de la actitud de Manolito?, ¿cómo crees que se siente ahora?
¿Cómo te calificarías tú?
¿Qué aprendiste con este texto?
¿Puedes ahora hacer un resumen de él usando las oraciones que escribiste?
Organizador gráfico


Lectura: “El ratón Manuelito”
Autor: María de la Luz Soto

Primero…

Después…

Finalmente…

Read More...

| | 1 comentarios

¿Cómo lograr aprendizajes significativos en la clase de lenguaje?


Ejemplos de estrategias que ayudan a construir significados:

1. Estimule la creación de textos en los que los alumnos(as) reflejen su identidad y sus experiencias personales como “Mis sueños”, “Mi biografía”, “Así soy yo”, etc(función personal del lenguaje); envíen recados, felicitaciones, invitaciones, cartas, agradecimientos, afiches, etc. (función interactiva); creen poemas, cuentos, leyendas (función imaginativa); describan instrucciones para hacer funcionar un artefacto, para jugar, para realizar un paseo (función normativa); informen a los otros sobre sus noticias, entrevistas, conocimientos, indagaciones, lecturas, etc. (función informativa).
2. Cree situaciones estimulantes del pensamiento divergente, entendiendo por este lo original, lo atípico, lo humorístico y lo lúdico, el quiebre de los lugares comunes y la exploración de nuevas formas de creatividad.
3. Considere al escoger temas, tanto para lectura, escritura o proyectos, los intereses, necesidades y fantasías de sus alumnos(as).
4. Haga pausas.
Haga una lectura colectiva, luego haga la pausa y solicite a los niños y niñas que resuman lo que han escuchado hasta ahora, que destaquen lo más interesante y señalen los aspectos confusos, aproveche de aclarar colectivamente las dudas. Luego de repetir este ejercicio muchas veces, puede pedir a los niños que lo realicen en forma individual.
5. Ayude a los estudiantes a entrar en contacto con el contenido utilizando varios sentidos.
Está suficientemente comprobado que el uso de varios sentidos mejora la adquisición de nueva información. Cuando los niños y niñas lean un libro, escuchen una explicación, observen una película o una demostración, fomente el uso de los cinco sentidos.
VISTA
¨ Cuando esté leyéndoles el poema a los niños, pídales que formen una imagen mental de la información, explíqueles que se trata de formar una especie de película en su mente.
OLFATO
¨ Solicíteles que imaginen los olores de los elementos que se mencionan en la lectura
GUSTO
¨ Pídales que imaginen los sabores de los elementos que se mencionan, Ej.: panal = miel, Parrón = uva, huerto = cebollas, tomates, hierbas, manzano = manzanas.
TACTO
¨ Pida a los estudiantes que evoquen o imaginen sensaciones táctiles asociadas a diversos objetos relacionados de alguna manera con la lectura.
OIDO
¨ Pídales que imaginen los sonidos de una tarde de verano, bajo la sombra de un parrón, un suspiro, voz temblorosa de la abuelita, etc.
6. Presente a los alumnos la estrategia S-Q-A
La estrategia S-Q-A, (en inglés, estrategia K-W-L, tomada de: Donna Ogle, “A teaching model that develops, active reading in expository text”, The readyng teacher, 39, 1986; 564-576), es una forma eficaz para enseñar a los alumnos a construir significado. Antes de realizar la lectura de un texto, escuchar una narración, ver una película u obra de teatro, Ogle sugiere que los estudiantes identifiquen: “lo que sé acerca del tema” y “lo que quiero saber”. Después de escuchar, leer u observar, deben identificar “lo que aprendí”. Este proceso puede presentarse al estudiante como una estrategia de tres pasos.

¨ Antes de leer, escuchar, observar o actuar, identifica lo que sabes acerca del tema.
¨ Antes de leer, escuchar, observar o actuar, identifica lo que deseas saber sobre el tema.
¨ Después de leer, escuchar, observar o actuar, identifica lo que aprendiste sobre el tema.

TRES FRASES CLAVES

LO QUE SÉ LO QUE QUIERO SABER LO QUE APRENDÍ
Se escriben estas tres frases en tres columnas respectivamente.
Los alumnos llenan las columnas 1 y 2 antes de la actividad. Posteriormente, una vez realizada la actividad, revisan el nivel de exactitud de lo que habían anotado en la columna 1. Si estaban equivocados con respecto a lo que creían que sabían, realizan los cambios correspondientes en la columna 1. En este momento, identifican también lo que han aprendido y lo anotan en la columna 3, cualquier información que les haya parecido interesante, aunque no la hubieran señalado previamente como algo que deseaban aprender. (Nota: También podría cambiarse “lo que sé” por lo que creo que sé” y “lo que quiero saber” por “lo que creo que aprenderé en esta clase”.
7. Utilice el proceso de adquisición de conceptos mediante el descubrimiento:
En Study of Thinking (New York, Wiley, 1956), Jerome Bruner y sus colegas, esbosan un modelo básico de adquisición de conceptos mediante el descubrimiento, que posteriormente es complementado por Bruce Joyce y Marsha Well en Models of teachery (Englewood Cliffs, NJ, Prentice-Hall).
Aquí se presenta una adaptación hecha por: (Marzano, Arredondo, Brandt, Moffett, Blackburn y Pickering, en “Las dimensiones del aprendizaje”.

A continuación, tomaremos el concepto de adjetivo calificativo como ejemplo para demostrar este modelo.

FASE 1
Se presenta una lista de ejemplos y contraejemplos del concepto. Y se desafía a los niños y niñas a descubrir el concepto que encierran estos.
En esta oportunidad el concepto es “adjetivo calificativo”, debemos entonces generar pares de ejemplos y contraejemplos. Los ejemplos deben poseer atributos o características esenciales que hacen que sea lo que es. Los contraejemplos, en cambio, no deben poseer estos atributos. Se deberá presentar los ejemplos y contraejemplos a los niños(as) en forma sucesiva. Para el concepto “adjetivo calificativo”, la presentación debe ser de la siguiente forma: “Esto es un ejemplo: veloz. Este no es un ejemplo: perro. Este es un ejemplo: largo. Esto no es un ejemplo: lápiz, A medida que se van presentando los ejemplos y los contraejemplos, los estudiantes van descubriendo cuáles son las características esenciales que los definen. Se pide a los alumnos que vayan considerando estas ideas iniciales como hipótesis.

FASE 2
Se presentan más ejemplos y contraejemplos con el propósito de que los estudiantes vayan contrastando sus hipótesis iniciales. Al final de la fase, se pide a los alumnos que expresen en forma oral sus hipótesis y la forma como llegaron a ellas.

FASE 3
Se presentan más ejemplos y contraejemplos. El profesor se asegura en esta etapa de que, por medio de los ejemplos y contraejemplos, la mayoría de los alumnos logre definir las características del concepto.

FASE 4
En esta fase los alumnos inventan ejemplos y contraejemplos. Esto debe realizarse en dos pasos: primero los estudiantes reconocen ejemplos y contraejemplos de una lista que proporciona el profesor(a). Posteriormente el profesor(a) dice: “Aquí hay otra palabra: alegre ¿Es un ejemplo del concepto? Aquí hay otra palabra: gato ¿Es un ejemplo del concepto?
A continuación los niños y niñas buscan más ejemplos y contraejemplos del concepto y los comparten con la clase.

FASE 5
Durante la última fase del proceso los estudiantes presentarán, por escrito o en forma oral, una descripción del concepto o una definición que incluya las características esenciales. El profesor(a), les da el nombre del concepto, en este caso “adjetivo calificativo” y les pide que lo incluyan en sus definiciones.

Read More...

| | 1 comentarios

El camino hacia una enseñanza "efectiva"

Cómo hacer que todos nuestros esfuerzos para lograr aprendizajes en nuestros alumnos no sean en vano?
¿Qué hace que una escuela que atiende niños en condiciones de pobreza pueda lograr similares resultados a otros establecimientos con mejores condiciones socioeconómicas y culturales?
Estas y otras interrogantes a menudo nos preocupan.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), realizó una investigación cuyo resultado fue una publicación denominada “Escuelas efectivas o eficacia escolar”. El propósito del estudio fue mostrar que es posible entregar educación de calidad en escuelas que trabajan con niños que viven en condiciones de pobreza y entregar pistas o señales de caminos concretos para lograrlo.
El estudio parte de la premisa de que las respuestas existen en las escuelas que han sido capaces de vencer las adversidades del medio logrando que sus alumnos, a pesar de sus desventajas sociales, accedan a una educación de calidad.
La investigación se abocó a estudiar en profundidad una muestra de escuelas que concentran alumnos que viven en condiciones de pobreza y que, en la segunda mitad de los años noventa, han mostrado resultados de aprendizaje (en los puntajes Simce) de excelencia, comparables con los mejores colegios del país.
En Chile, el universo de estas escuelas es reducido. Se seleccionaron 14 establecimientos, los cuales fueron visitados y estudiados, particularizando las claves de sus buenos resultados de aprendizaje.
De acuerdo a este estudio, existen múltiples factores que convergen en forma sistémica para lograr la efectividad en las escuelas, entre los cuales están: la gestión institucional centrada en lo pedagógico; directivos y profesores transmiten a los apoderados y alumnos las altas expectativas con respecto a los aprendizajes; liderazgo directivo y técnico; proyectos educativos con metas concretas; reglas claras y explícitas; compromiso e identidad institucional; alianza Escuela - Padres y apoderados.
Factores que favorecen la enseñanza efectiva
Profesores efectivos
: enseñan a todo el curso, presentan información de destrezas de modo claro y entretenido, priorizan la enseñanza en la resolución de tareas, tienen altas expectativas para los estudiantes, exigen, dan tareas para la casa, fomentan la creatividad y desafían intelectualmente a los alumnos, enseñan de modo relajado y se sienten confortables con los estudiantes.
Enseñanza estructurada y centrada en los alumnos: preparada y planificada, con objetivos claros que se comunican a los alumnos, organización de los contenidos en unidades secuenciadas, uso de material de ejercicio que requiere respuestas creativas de los estudiantes, inclusión de actividades de estudio independiente, control regular del progreso de los alumnos con retroalimentación inmediata. Atención reducida a pocos temas en cada sesión.
Cobertura del currículum: cobertura total dando prioridad a los elementos centrales y básicos.
Clima en el aula: clima distendido, ordenado, alegre, afectuoso, sin interrupciones, altas expectativas, refuerzos positivos y estímulos para que los estudiantes se comprometan con la tarea.
Resumiendo...
Presentar información organizada y ordenadamente
Usar lenguaje claro y simple
Repetir los conceptos esenciales frecuentemente
Hacer referencia al conocimiento previo de los estudiantes
Estar consciente y planificar la transición hacia los nuevos temas
Cobertura total de contenidos, cuidando la rapidez con que se pasan
Entusiasmo y humor del profesor
Uso de los videos y otras formas visuales de representación de conceptos
Correspondencia entre lo enseñado y lo evaluado
Evaluaciones formales e informales frecuentes con comentarios rápidos (inmediatos) acerca de su desempeño (a los alumnos).
Aprovechamiento del tiempo asignado.
Fuente: Elaboración propia a partir de Sammons (2001), Scheerens y Bosker (1997) y Murillo (2003).

Read More...